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jueves, 18 de octubre de 2012

Y te ves.

Un día te despiertas, vas al baño, miras al espejo... Y lo ves.
Y ves lo que eres, y te quedas mirando tu cara un rato, y piensas: Vaya, esa/ese soy yo.
Intentas verte como te ven los demás, desde fuera, y no puedes.
A veces, sin embargo, te miras al espejo y piensas: Joder, ese soy yo, pues no me entra en la cabeza. ¿Eso es lo que ven los demás de mi?
Y depende del día piensas: Meh, pues no está mal, o bien: PUES QUÉ ASCO.
Sin embargo sigues mirándote un rato, a los ojos, desafiándote a ti mismo.
Probablemente lo que os cuento o lo que os voy a contar no os pase, tal vez si. O tal vez no todos estéis locos.
Yo me miro, me miro y me hablo. Me miro a los ojos, desafiándome a mi misma con la mirada, pensando: Puedes hacerlo mejor.
¿El qué? TODO.

Pero no importa, después de asumirme me acepto, me gusto, y empieza un nuevo día.
Un nuevo día para hacerlo mejor todo.




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