pequeño ser traicionado,
por algo llamado tiempo,
que a todos nos trae atados.
Volar y huir de este suelo,
nos tiene manipulados,
ser libre en el dulce cielo,
del que algún día seremos esclavos.
Era un pájaro, un bebé,
un ser vivo al fin y al cabo,
con hambre, con sed, con nombre,
con derecho a ser amado.
Poco le duró la vida,
al débil pequeño alado,
que se posaba en mi dedo,
esta mañana temprano.
Abriendo el naranja pico,
piaba con fuerza y alto,
mi pájaro ya no pía,
y lo suplo con el llanto.
Muchos no me entenderán,
y no sabrán de qué hablo,
pero es cuestión de esperar,
para volar a su lado.