que esta flor, un día marchite,
hay que dejarla crecer,
aunque quieras, sin querer,
que nadie jamás te la quite.
de las calles infinitas,
ella es la más transitada,
ángeles con sus alitas,
sonríen , y te la quitan,
dejándola abandonada.
cuando empieza, no la entiendes,
y de aquello, no te acuerdas,
cuando acaba, la comprendes,
todo lo pasado, ofende,
y no quieres comprenderla.
siendo joven, quieres tanto,
que la vida se acelera,
de rapidez al espanto,
ya no hay quien la calme el llanto,
ni de momento, manera.
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